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Añade: no solo atrapaba la estación en la noche. Aproximarse a una ciudad provinciana o ir alejándose de ella cuando todavía la velocidad del tren es baja tiene algo de un cuadro de nocturnidad de Magritte. Las luces, las fachadas, las calles, todo está callado y el viajero observa el sueño de la estructura de los barrios. Donde se presume que viven humanos.