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No es conveniente hablar del caos del Universo, cuyas leyes no son coincidentes con las nuestras. Más bien hay que circunscribirse al caos que las sociedades han generado. Que todo animal, de cualquier especie, y ahí el hombre no es algo diferente, está dotado de una tendencia natural que llamamos agresividad, es un hecho. Pero la agresividad para la lucha por la supervivencia es más fácil de explicar que la agresividad de las ideas que emponzoñan las mentes humanas. Hay algo de gratuito en el ejercicio de la agresividad humana. Sin embargo el tema es por qué se sienten amenazados unos hombres por otros tras tantos milenios de supuesta cultura y civilización.