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Admirable sencillez de aquellas palabras que nos enseñaban para designar objetos, personas, lugares. Atención: la sencillez no implicaba simplicidad más que en la mente del niño. Los lugares eran intrincados muchas veces, las personas difíciles y los objetos complejos. Los ojos de un niño tan solo veían una cara de la geometría de la vida. Ésta demasiado poligonal y cargada de aristas afiladas como para que un niño pudiera distinguir y menos calcular su dimensión.